
MADARCOS
Patrimonio y Desarrollo Rural
LA FOSA DE MADARCOS
Un caso sin resolver
En los primeros momentos después del fallido Golpe de Estado, los planes del General Mola pasaban por acceder a Madrid por el puerto de Somosierra y así, hacerse con el control del agua que abastecía a la capital. El embalse de Puentes Viejas era uno de sus objetivos, se había inaugurado a comienzos de 1936 y abastecía de agua a Madrid, además, se creó en él una Central Hidroeléctrica que abastecía de luz al barrio de Salamanca. Si lo tomaban, la ciudad se quedaría sin luz y sin agua, cayendo rápidamente en unos siete u ocho días. Así, el día 26, Horcajuelo y Prádena del Rincón son tomados, continuando dirección oeste hacia el embalse de Puentes Viejas. Pero el día 28, los republicanos consiguen quitar la presa a los sublevados y creando 3 líneas de defensa para que no vuelvan a tomarla.
Pedro, el pastor de Piñuecar, con apenas 15 años fue testigo directo de uno de los episodios más dramáticos del Rincón durante los primeros momentos de la Guerra. Gracias a su testimonio pueden reconstruirse los hechos. Un grupo de unos 14 a 20 milicianos llegados de Madrid, pararon en Prádena del Rincón en busca de alimento, entonces, se adentraron en la “casa del chileno”, un indiano que hizo fortuna en América. Allí, fueron descubiertos por un grupo de nacionales, siendo detenidos y muertos. Días después, el capellán Mariano de Sangüesa, que iba con el bando Nacional, encontró abandonados los cadáveres. Entonces, mandó dar sepultura a los cuerpos, reclamando a un grupo de jóvenes de Piñuecar, entre ellos Pedro, para que fueran a cavar la fosa donde se iba a enterrar a los milicianos.

Pedro Andrés Sanz, el pastor de Piñuécar. © Gabriel de Santa Ana
Esta fosa común se localiza en el término municipal de Madarcos, bajo una encina, en una curva de la carretera que une Madarcos y Prádena del Rincón. Esta localización es similar al de otras fosas, cerca de una carretera y oculta de la vista de la gente. Además, el encinar estaba resguardado de los disparos mientras cavaban la fosa. Hasta este sitio llegó el camión cargado con los cuerpos de los milicianos republicanos, y allí fueron depositados y enterrados, después de que el capellán, Mariano de Sangüesa, hiciera un responso por cada uno de ellos.
Las noticias sobre esta fosa llegaron al Laboratorio de Arqueología Forense de la Universidad Autónoma de Madrid, comenzando la investigación. Este fue el detonante de un estudio más amplio sobre la Guerra Civil en la Sierra. Se realizó una prospección en el lugar señalado por el testigo para verificar la existencia de la fosa común, sin embargo, los resultados no confirmaron con suficiente claridad la presencia de restos humanos. Todavía hoy está por confirmar si ésta es la verdadera localización de la fosa común en la que fueron enterrados aquellos milicianos.

Carretera de Madarcos a Prádena, situación de la fosa. ©